Ir a terapia está mal visto

Es desolador que, en el siglo en el que vivimos, haya tantas personas con prejuicios sobre el psicólogo, sobre las personas que acuden a nosotros y sobre lo que significa ir a terapia.

 


Asociado al paciente, el término LOCO se usa con frecuencia. Conocidos míos, también ignorantes sobre el tema, refieren que los que van al psicólogo están locos o son débiles mentales. Siempre algo despectivo. Y así, ¿cómo vamos a normalizar el ir a terapia? Muchos pacientes míos, cuando les preguntan sus amigos o familiares dónde van,  en lugar de decir que van al psicólogo, dicen que tienen que ir al médico. Ir al médico está bien visto, pero ir al psicólogo no. Con esta actitud perpetuamos el estigma del psicólogo y todo lo relacionado al respecto.

 

Sin embargo, cuán diferente es el contenido si decimos que llevamos a nuestro hijo al psicólogo. Al no ir el adulto, se le etiqueta al padre como un buen padre, responsable y preocupado por la salud mental y emocional de su hijo. El niño no es responsable de tener algún problema emocional o conductual. Ahí sí que es algo bueno decir que va al psicólogo y lo decimos incluso orgullosos. ¿Qué diferencia hay ir al psicólogo con unos años más? NINGUNA. Un psicólogo es un especialista de la conducta humana y de las leyes de aprendizaje. Desempeña la misma función independientemente de la edad que tenga el paciente. Ir al psicólogo es algo beneficioso, nunca perjudicial, ya que implica un cambio en la vida de la persona que sufre. ¿Cómo puede ser perjudicial eso?

 

Cuando estudié el máster hacían una diferenciación sobre cómo llamar a las personas que acuden a terapia. PACIENTE Vs. CLIENTE. Paciente es algo más pasivo, asociado al ámbito hospitalario. Un sujeto que se deja hacer, que no es ''responsable'' de lo que le ocurre. El médico le dice lo que tiene que hacer, lo que tiene que tomar, le administra las pruebas necesarias, le aplica un tratamiento,... El paciente tiene un papel más pasivo ya que tiene un enfermedad y no es ''responsable'' de lo que le pasa físicamente. En cambio, CLIENTE significa que el sujeto ejerce un papel más activo en su vida. Este término está muy asociado a la persona que entra en una tienda para comprar algo. Os diré una cosa basándome en esta misma distinción: en mi consulta entran pacientes, pero salen clientes y es algo de lo que estoy muy orgullosa.

 

Volviendo al tema de la responsabilidad, ¿será por la responsabilidad que implica tener un problema psicológico que te señalen con el dedo si acudes a terapia? Si vas al psicólogo es porque tu eres responsable de tu sufrimiento y eso es una vergüenza (irónico). Mejor ocultarlo porque te señalarán con el dedo (irónico). 

A consulta acuden personas como tú y como yo. Personas que están sufriendo porque han ''malaprendido'' o porque no saben gestionar sus emociones. Personas incapaces  de cambiar las circunstancias en las que viven porque no saben cómo hacerlo. Personas que tienen un diálogo nocivo por las creencias que  les han inculcado y por sus aprendizajes. Personas que no han aprendido buenas estrategias para controlar sus emociones, sus conductas y su vida. Personas que podrían ser tu madre, tu hermano o tu hija. ¿Les calificarías como locos? Estoy segura de que loco o demente no está presente en tu mente ahora mismo. 

 

Antes de etiquetar o sentenciar al que acude a terapia, infórmate, pregunta y expresa tu humilde conclusión procedente de la información que has recopilado , siendo consciente de que nunca serás un erudito sobre el tema. Alguien considerado también loco  dijo lo siguiente:

Si visitáis este enlace conoceréis algunos locos más: http://ovejanegra.peru.com/temas-libres-10-cientificos-que-fueron-tildados-locos-fotos-261286

 

No condiciones o señales a los demás, sobre todo teniendo en cuenta que SÓLO hay diagnosticados por el mundo 615 millones de personas con ansiedad y depresión. Y eso que no hemos hablado de las personas con fobia social, enfado patológico, adicciones, trastorno de estrés postraumático,... CREO QUE ES MEJOR NO DECIRLES QUE ESTÁN LOCOS POR LO QUE PUEDA PASAR... NO VAYA A SER QUE TU VIDA CORRA PELIGRO (irónico).

 

Sinceramente creo que si hubieran más personas yendo al psicólogo, el mundo sería un lugar más respetuoso y pacífico. Y si a eso le añadimos la implantación en primaria y secundaria de asignaturas sobre inteligencia emocional, muchos de los trastornos que surgen en la vida adulta desaparecerían.
¿No crees que seríamos todos más felices? No te avergüences de ir al psicólogo, dilo con normalidad y corrige a aquel que tenga una opinión equivocada para hacer de éste un lugar mejor en el que vivir. 

 

Que tengáis una feliz semana ;)

 

 

19/09/2016

Podemos elegir cómo sentirnos

Epicteto, filósofo griego (año 55-135 d.C), dijo: ‘’No nos afecta lo que nos sucede sino lo que nos decimos sobre lo que sucede’’ .

 

Lo que sentimos ante lo que nos ocurre está condicionado por la interpretación que hacemos de esa situación. Si nos encontramos por la calle a una amiga y no nos saluda, y eso nos enfurece, probablemente nuestra interpretación sea la siguiente: ‘’Será idiota’’ ‘’¿Qué pasa que tengo que ir yo a saludar a la diva esta?’’ ‘’Se está haciendo la longuis’’ ‘’Me ha visto y lo está haciendo a propósito’’. En cambio, si esa situación nos produce indiferencia e incluso alegría, la interpretación podría ser esta: ‘’Mírala, tan despistada como siempre’’ ‘’Fijo que no lleva las gafas’’ ‘’Angelico, si tiene tantas cosas en la cabeza que es imposible’’,…

 

Veamos en un vídeo, de hace muchos años, varias formas de interpretar un despido:

Como veis, todo depende de lo que nos digamos de ese acontecimiento.

 

Podemos elegir qué pensar, pero estamos condicionados por nuestra educación y experiencia, y ,por tanto, ya se ha convertido en algo involuntario al ponerlo en práctica año tras año.

 

 El pensamiento negativo, además de involuntario, es: automático, rápido, fuerte y creíble, y por ello, nos dejamos llevar por él aunque eso suponga triplicar nuestro dolor. Lo hacemos sin pensar. Llevamos tanto tiempo siendo esclavos de esos pensamientos y de ese diálogo interno que no somos conscientes de la gran capacidad que tenemos para cambiar nuestros pensamientos, y por consiguiente, nuestras emociones.  El  contenido del pensamiento variará en función del acontecimiento y del miedo alimentado, pero todos cometemos ciertos errores a la hora de razonar.

 

Evaluamos lo que nos ocurre desde un razonamiento emocional y no desde un razonamiento lógico. Nos basamos en nuestra emoción para llegar a una conclusión de lo que ocurre en lugar de basarnos en datos objetivos extraídos del ambiente. ¿Cuántas veces nos hemos sentido tristes y por eso hemos puesto música ñoña o romántica para acompañarnos? Esto hace que decaiga aún más nuestro estado anímico. Que idiotas ¿no?  Si, en cambio, pusiéramos música animada en contraposición a nuestro estado melancólico, el resultado sería un ligero subidón pero, raras veces actuamos de esta manera más racional. Cuantas veces habré salido yo hiperactiva de una película de acción o ilusionada por una comedia romántica…Aún me acuerdo cuando salí del cine con ganas de aprender artes marciales al ver la película de Los Ángeles de Charlie .

 

 

Hemos crecido, por cohesión cultural y familiar, con unos valores similares (correctos o no) que nos han condicionado a la hora de interpretar lo que nos ocurre. Cometemos errores de razonamiento como: focalización en lo negativo (del pasado, presente y de nosotros mismos), personalización de lo que ocurre (nos culpabilizamos tengamos que ver o no con el resultado negativo), pensamiento dicotómico (usamos palabras extremistas: todo-nada, siempre-nunca, perfecto-desastre,… además de términos y adjetivos dramáticos y catastróficos), generalizaciones, sacar conclusiones sin datos, uso excesivo de palabras como: debería/tengo que/necesito,… que hacen difícil una evaluación realista de los acontecimientos, y por tanto, las emociones que generan en nosotros están descontroladas. Pero no sufráis, que aquí os vamos a enseñar como corregir estos pensamientos nocivos. 

Somos seres pensantes y no podemos dejar de pensar. Incluso durmiendo seguimos pensando.  Cuanto más queremos no pensar en algo, más veces y con más intensidad viene a nuestra mente. Los seres humanos somos el único ser vivo que tiene la capacidad de reflexionar sobre nuestros pensamientos, por tanto, tenemos la opción de pensar distinto para cambiar una emoción que nos genera dolor. Tenemos la libertad de elegir cómo nos queremos sentir, pero esa libertad es difícil de verla ante un acontecimiento desagradable o etiquetado como desagradable.

Un científico para crear una ley se basa en una hipótesis. Ésta es puesta a prueba mediante una serie de experimentos. Si supera esos experimentos, la hipótesis se cumple y se crea entonces una Ley. Llevándolo a nuestro terreno:  Hipótesis=PENSAMIENTO.

 

Ante una situación que nos genere mucho miedo, ansiedad, estrés, ira o tristeza descontrolada, el proceso de ser consciente de nuestros pensamientos, cuestionarlos y analizarlos con detenimiento, transforma el pensamiento negativo en un pensamiento racional, realista y adaptativo. ¿Pero cómo podemos hacer eso? A través de una batería de preguntas que cuestionan la objetividad del pensamiento, la utilidad de éste, la intensidad y el lenguaje utilizado.

 

 

Antes de que nuestra batería filtre el pensamiento negativo, tenemos que ser capaces de detectarlo. Nuestro cerebro economiza, y ante algo que llevamos repitiéndonos décadas, años o meses, la percepción de éste desaparece. Pero si hay una emoción negativa, quiere decir que hay un mensaje negativo interiorizado. Reflexiona porque tiene que estar, y para discutirlo tenemos que localizarlo. Conéctalo con la situación desencadenante de esa emoción. No se trata de localizar pensamientos que describen la situación o nuestro estado anímico, sino de localizar aquellos pensamientos que cometan los errores lógicos de los que hemos hablado anteriormente. Aquí os dejo unos ejemplos  que os clarificarán los pensamientos que quiero que localicéis. 

Estos pensamientos son característicos de trastornos como hipocondría, fobia específica, ansiedad generalizada, trastorno de pánico y agorafobia, ... Nos valen también pensamientos del tipo: ''Lo voy a hacer mal'', ''Me van a mirar y van a pensar que soy raro'', ''No conseguiré nada de lo que me proponga'',...

 

Una vez localizado el pensamiento, nos ponemos manos a la obra. Entre comillas, tal cual nos lo decimos, registramos lo pensado y le adjudicamos un grado de credibilidad de 0-10 o el  malestar que nos genera de 0-10, siendo 10 la máxima puntuación.

 A continuación se pasaría esta batería de preguntas (muy general) que nos ayudará a bajar el grado de credibilidad y malestar. 

Es importante hacer toda la batería antes de levantarse de la silla. Se precisa de dos horas tranquilas, sin distracciones (no hacerlo delante de la tele o usando continuamente el móvil). Y una vez terminadas todas las preguntas de objetividad, utilidad, intensidad y lenguaje, llegarás a la conclusión de si el pensamiento que tenías era realista o no. Es un proceso intenso, largo, pero muy muy útil. Si eres constante te servirá  para cualquier situación que se te presente, no hace falta que sea producto de un trastorno emocional. 

 

La discusión cognitiva es una estrategia tremendamente efectiva. Cuanto más la practiques, más automáticamente generarás el pensamiento racional ante la situación disparadora. 

 

En innumerables situaciones hemos tenido esa dualidad de pensamientos racionales y nocivos continuamente enfrentándose. Aquí os dejo un fragmento de la película Del revés. Está en versión original, así que espero que no os sea complicado de entender. La escena muestra la discusión entre el personaje de asco y alegría. Me recuerda a las discusiones que podemos llegar a tener con nosotros mismos. 

Cualquier pensamiento se puede cambiar, simplemente hay que darle razones suficientes para que el cambio se produzca. No importa lo fuertes y creíbles que sean o el tiempo que lleven con nosotros. ¿Acaso no te acuerdas de cuando creías en Papá Noel, los Reyes Magos o el Ratoncito Pérez? Los datos, según íbamos creciendo, nos decían que no había forma lógica de repartir tantos regalos en una noche a todos los niños del mundo.


La terapia cognitiva ha ayudado a millones de personas. ¿Por qué no te vas a beneficiar tu de ella?

Espero que las pequeñas directrices que os he dado ayuden a mejorar la interpretación de tus vivencias. Acuérdate de que tienes la libertad de elegir cómo sentirte, sólo hace falta que reflexiones sobre ello de manera racional. 

Que tengáis una feliz semana ;)

 

8/08/2016

¡Te reto!

Hace tiempo leí un artículo sobre un proyecto llamado 365 GRATEFUL PROJECT y me pareció muy buena idea. Al fin y al cabo, es algo parecido a lo que se hace en terapia para la depresión.

 

¿Sabéis que cerca del 10 % de la población mundial, es decir, 615 millones de personas, aproximadamente el doble de la población de EEUU, presenta un trastorno de depresión y ansiedad?  Y seguro que habrá más gente que no está diagnosticada ni  registrada. ¡Desde 1990 hasta el 2013 ha aumentado hasta el 50% en todo el mundo! Estos datos, indudablemente,  nos dicen que algo estamos haciendo mal. Y digo algo por no decir muchas cosas.

 

Volviendo al proyecto... Hailey, la propulsora del proyecto se sentía algo deprimida e insatisfecha con su vida y, pese a tenerlo todo, no era feliz. Hablando con una monja, ésta le aconsejó reflexión y agradecimiento diario. Hailey, fotógrafa, decidió hacer un diario, con foto diaria, sobre las cosas por las que se sentía agradecida cada día. No hacía falta que fueran grandes cosas. Con esta pequeña rutina consiguió cambiar su vida. Esto es lo que os quiero proponer seriamente a todos vosotros.  

 

 

 

 Cuando aparece en nuestra vida un nuevo miembro en la familia, todo lo vivimos con ilusión: sus primeras sonrisas, carcajadas, gestos, pasos,…Todo es una celebración de su aprendizaje y descubrimiento, pero sobre todo de su participación en la vida. Cuando somos adultos celebrar esto se nos olvida porque en principio tenemos cosas más importantes, pero ¿qué es más importante que vivir? Ponte un reto, haz aquello que te guste y pasa tiempo con la gente que quieres, con gente que te suma y no te resta. ¿Qué haces bien? Hazlo. ¿Qué te gusta hacer? Hazlo. SI BUSCAS COCHES BLANCOS, ENCONTRARÁS COCHES BLANCOS, ASÍ DE SIMPLE.  Si buscas y focalizas en detalles agradables, encontrarás cada vez más cosas por los que estar agradecido y la felicidad se irá introduciendo en tu vida casi sin darte cuenta. ¿Sabías que hay estudios que dicen que las personas más agradecidas son las más felices?

 

Hoy en día queremos hacerlo todo, queremos tenerlo todo y también queremos ser felices y sentirnos realizados, ...Con esta vida tan frenética, sin apenas tiempo para nada, y con la pérdida de valores que estamos sufriendo, es algo IMPOSIBLE. Focalizamos en lo que no tenemos, en lo que NECESITAMOS, criticamos todo y a todos porque siempre se puede hacer mejor y perfecto. Nos sentimos muchas veces como si nuestra vida no fuera nuestra. Como si no pudiéramos elegir lo que hacer en cada momento. Nos dejamos llevar por los acontecimientos. Todo está muy planificado en nuestra cabeza y salirse del plan es una ''insensatez'' y traerá  consecuencias ''catastróficas''.

 

Este proyecto te ayuda a darte cuenta de las cosas que tienes en tu vida y que pasan desapercibidas. Hoy en día vamos a lo loco. En terapia suelo dar un registro semanal de actividades agradables, y hay una columna que se titula: LO QUE MÁS ME GUSTÓ DE LA ACTIVIDAD. Esa columna intenta focalizar en la actividad agradable, en los pequeños detalles. Es increíble como este registro y reflexión puede hacer que tu vida vaya a mejor. 

 

Ese cambio de chip y focalización yo lo experimentaba cada vez que venía de visita a España mientras vivía en Oxford. Sin conocer el proyecto, cada vez que venía sentía la necesidad de hacer fotos de cada cosa que me gustaba, que sabía que no lo iba a ver o vivir en Oxford. Como si no hubiera un mañana. Mis sentidos se agudizaban, yo lo llamaba superpoderes prestados. Cuando veía el sol, sonreía. Me quedaba quieta y sentía su calor. Me maravillaba que mis hermanas no se lanzaran a la calle cuando amanecía un precioso día soleado. La risa de mis padres también me llamaba la atención porque sabía que allí no lo iba a disfrutar. Los niños pequeños jugando en el mar mientras yo paseaba por la orilla y me mojaba los pies, los colores de la playa, el olor a crema, el olor a plástico de las colchonetas,...Esta visión la llegué a trasladar a Oxford porque sabía que mi estancia allí tenía una fecha de caducidad. Pequeñas cosas que nos pasan desapercibidas al vivirlas diariamente y que son pequeños/grandes milagros, pueden desaparecer.

 

 También nosotros mismos podemos desaparecer, y nuestro ritmo de vida no nos deja reflexionar sobre ello. NO ESTOY DRAMATIZANDO. No lo toméis así, pero NO SOMOS ETERNOS. ¿Conocéis el significado de meditatio mortis?  Es la meditación acerca de la realidad de la muerte. En un segundo te puede cambiar la vida. ¿Cuando una persona vive sus últimos minutos de vida de qué se arrepiente? La vida es efímera y creemos que vamos a vivir eternamente, y si no creemos que es eternamente, pensamos que no moriremos ni hoy ni mañana. NO LO SABEMOS. ¿Tienes alguna máquina del futuro escondida por ahí que debamos saber para aprovechar nuestro tiempo al máximo? Muchas personas creen en videntes. Si yo fuera a alguna me gustaría saber el día de mi muerte porque por muy dura que fuera la noticia, sé que la razón invadiría mi mente y a los pocos días me pondría las pilas para vivir tantos momentos y sensaciones como fuera posible.  Se iría al traste mi sueño de dirigir una gran casa de campo dedicada a la promoción de la salud y a la prevención de trastornos emocionales, pero trabajaría también por ello porque creo que es algo importante. El 70% de nuestra vida diaria la tendríamos que vivir como si no hubiera un mañana. El 25% del tiempo usarlo en el mañana, y el 5% pensando en el pasado, pero con el fin de aprender de los errores, no repetirlos y repetir aquellas vivencias que nos causaron gran impacto y que nos hicieron felices.

 

Ahora que muchos estáis de vacaciones os propongo iniciar este proyecto de 365 días. No valen excusas porque las excusas nos impiden ser felices y siempre se puede sacar tiempo. Somo más felices los fines de semana porque no tenemos obligaciones y hacemos más actividades agradables. Tendríamos que añadir algo de lo que hacemos los fines de semana en el día a día porque puede que el fin de semana no llegue. El día tiene 24 horas, 1440 minutos, 86400 segundos, y una fotografía, a no ser que lo hagas sin pensar, te tomará como máximo 10 segundos. No hagas este proyecto por hacer, ni lo cuelgues en las redes sociales con el fin de aparentar. VIVELO, SIENTELO Y COMPARTELO, pero hazlo para ti, por ti y por los tuyos. Acabemos con ese 10 %. Más vale prevenir que curar. 
Yo empezaré hoy mismo y lo iré colgando en mi blog. Espero que tú también lo hagas aunque no entres en ese 10%   ;)

 

 

25/07/2016