Psicóloga especializada en Clínica

El control obsesivo por todo, los avances tecnológicos y medicinales, la inmediatez, la comodidad y el individualismo, ha creado el incesante aumento de los trastornos emocionales.

Controlamos o queremos controlar todo, y eso es lo que creemos. La ciencia y los avances nos ayudan a pensar eso. Nuestros valores han cambiado y con ello también nuestra forma de vida que nada se asemeja a como vivían hace medio siglo. Sobrevaloramos la comodidad y nos hemos vuelto cómodos, débiles y tontos gracias a estos valores y a las creencias irracionales sobre cómo deberían ser nuestras vidas, creando diálogos internos nocivos que no cuadran con la realidad pura y dura. No podemos controlarlo todo.

Las personas con un mejor diálogo, son las personas que evalúan correctamente lo que les ocurre en la vida, y muchas veces coincide con personas que han vivido desgracias o grandes desgracias. Estas personas tienen experiencias con las que comparar cada suceso que les ocurre y de manera adecuada.

Hoy en día, con nuestro estilo de vida , desaparece esa comparativa. Creemos como terribles sucesos que los más experimentados calificarían de malo o algo malo, pero superable e insignificante para continuar siendo felices a pesar de ello.  Para ellos cada dificultad o piedra en el camino es un reto y en su diálogo aparecen preguntas como ¿qué puedo aprender de esto? ¿Cómo usarlo para hacerme más fuerte mentalmente?